15 mayo 2007

Yo me bajo acá

De haber podido le hubiese pedido, suplicado tal vez, que no manejara hasta ahí. Que no amargara el paseo por Miraflores con la historia del Puente Villena Rey. ¿Qué otra cosa, sino una conexión de dos extremos en cualquiera de sus puntos,
que de paso me regalaba una maravillosa vista de Lima en sus alturas? Los segundos que tardamos en atravesarlo pregunté por qué lo habían encapsulado con una estructura de policarbonato. Así me enteré que el Villena fue, hasta el 2004, el lugar preferido de los suicidas de Lima. Hoy, además de la muralla transparente, los Angeles del Puente vigilan el abismo que separa la vida de la muerte.