31 mayo 2007

Elecciones

Su calvicie revoltosa por las ideas que guarda del lado de adentro apareció anoche en la pantalla de mi televisor. Ahí está él, inspirador inspirado, llegando a tiempo, para decir: "El siglo ha pasado y, peor todavía, seremos gente del pasado milenio. Aunque no podemos adivinar el tiempo que será, tenemos, al menos, el derecho de imaginar el que queremos que sea: el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones: en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil ni será programada por la computadora; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas; la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar, y disfrutará del vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega; los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas y los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas; la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero; el mundo estará en guerra contra la pobreza , no contra los pobres; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle; una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú; serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma; cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero". Por desgracia para los oportunistas, hace ya muchos años que Eduardo Galeano está en campaña.