Vice y versa

"Me volví transparente en un segundo. Me desdibujé en ese instante. Nunca querré saber qué se sintió en ese momento del cual no pude más que evadirme para apenas caminar. No sentí ni el frío. Ella me tomó de la mano y me rescató de un tirón. Después me abrazó como una mamá enorme, gigante. Hablamos poco porque nos gobernó el silencio. Le permitimos ese momento al corazón. Me vi por fin, cara a cara, conmigo. Lo viví, pero siento que me lo contaron, y por eso quedará en la memoria de los recuerdos. Como en esas alegres y sensatas costumbres con las que en algunos lugares se despide a los muertos, el llanto se mezcló con la risa, la tristeza se sacudió bailando y cantando. Masticamos el dolor con buena comida y se brindó a mi salud". A mí. Igual que a vos. No importa de quién sea la historia. Por alguna razón a todos nos resultan familiares ciertas cuestiones difusas entre el dolor y el amor.

Achtung

¿Qué es llamar la atención? ¿Un pedido desesperado de ayuda? ¿Un desesperado amor propio? ¿El propio amor que desespera a los otros? ¿Nos llama la atención aquello que nos desencaja?

La mujer que nunca amó se ubicó en la esquina de su casa y vio pasar por última vez su desdichado desdén. Le sacó la lengua y explotó en una carcajada que salió con saliva y todo. Ya vieja y un poco arrugada, por fin se dejó vencer por el desgano que tantas ganas de nada le daba. Murió sentada, quieta y sola. Aceptándose como nunca se resignaron a verla: patéticamente descorazonada.

El soporte de la acción

Y esperaba. Esperaba el gesto. La palabra.
Esperaba el cambio. Esperaba y contemplaba.
Esperaba que la regadera con agua fuera lluvia.
Y un día, (no quiere saber cómo) dejó de esperar.
Tal vez porque otras sensaciones vencieron (le importa,
pero ya no quiere saber cómo) dejó de esperar.
Y entonces experimentó la clara explosión.

Roberto Fontanarrosa

Crítico. Humorista. Escritor. Inodoro Pereyra. Talentoso. Pensante. Negro. Mendieta. Rosarino. Luchador. Hincha. La Eulogia. Personaje. Querido. Humilde. Sonriente. Con ganas de vivir. Con manos temblorosas. Casi sin palabras. Duele que no esté.

Me pregunto

¿Con qué se atan los nudos de la garganta?
¿Se puede jugar con la pelota del estómago?
¿Cuánto viven las mariposas en la panza?
¿El cuerpo tiene memoria y la memoria, qué cuerpo tiene?

Será sencillamente asumiendo lo que no se tiene
como se conseguirá verdadera noción de lo que existe y está.
De otro modo no tomamos real dimensión de lo que somos
capaces de alcanzar. "Decir no puedo es la peor forma
de empezar", me dijo, mientras yo enlazaba la tela e
intentaba razonar cuestiones de fuerza que tienen
más que ver con la voluntad.

Rodillas

¿Hasta qué punto somos conscientes de la idealización? ¿O es hasta un momento? ¿Cómo se descomprime la presión? ¿No deberían nacer primero las respuestas y evitar tanta orfandad de preguntas? ¿Por qué nos fomentan pedir en vez de recibir?

La fe católica le atribuye ese tiempo a la creación del mundo. La misma cantidad de plagas y de maravillas que un dedo índice determinó que existen. En la numerología, no es uno más. Se lo considera un número perfecto, que simboliza la relación entre lo divino y lo humano.