20 diciembre 2007

hacía mucho que no escuchaba la tonada caribeña de Mau. nos reencontramos en la Costanera. yo con las mismas simples cosas que tal vez nunca le conté y ahora sí. él con la profunda herida que una caña de bambú le dejó entre sus costillas, el recuerdo más fresco y húmedo que tiene de su reciente paso por Bariloche. hablamos de la magia de ciertas distancias, de lo bonita y grande que está su niña, Uma. de volcanes y del mar. de lo sucio que está el Riachuelo, del ruido espantoso que hacen los terremotos y de lo ricas que son las pizzas de Los Inmortales. de hongos cubanos. de un amigo que se llevó el mar en Mallorca. y sobre las madres, que nos hacen sentir un poco parecido más allá de las fronteras. me quedo con su frase luminosa, "si quiero transmitir tranquilidad primero necesito sentirla". Y con el deseo de que las cosas buenas pasan. y no por pura suerte.