29 agosto 2007

Algunas nuevas cosas suceden tan cíclicamente que para la memoria se vuelven una vieja rutina de años. Mañana viene el gasista, otra vez. Correrme (yo a lo lejos, sin dar ventaja).
Correrme (yo de costado y el resto lejos). Cada vez que me siento pesada, la balanza dice que bajé de peso. Paradojas para mí, como para todo el mundo. Alquileres caros, carísimos. Descubrí que nunca desembalé unas cajas de mi última mudanza, hace dos años. Evalúo tirarlas sin siquiera ver qué hay dentro. Es evidente que no me hacen falta.