25 abril 2010

se abrieron las venas de la mujer que escribe poemas.
y nacieron rayos de luz.
de allí, más y más rayos de luz para iluminar su tinta que se creía muerta.
me pregunto, como Carver, si habrá otros capaces de mirar a un evento dado de sus vidas y percibir, en él, el infinitesimal (y saludable) embrión de la catástrofe que (afortunadamente) habría de cambiar el curso de sus vidas.

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