13 noviembre 2007

A veces la careta no resiste y el nudo que abriga la voz como una bufanda, para que no hable, para que no diga, se va hasta la mirada y empaña el porvenir. Ese que a veces se ofrece de frente y sin sol, cabeza abajo, con una tristeza que se puede sentir porque antes se pudo adivinar.